lunes, 11 de marzo de 2013

Triste aniversario


Hoy estamos a 11 de marzo, para muchos/as de vosotros/as hoy es un día más. Seguramente habréis escuchado algo sobre el horrible atentado que ocurrió en Madrid tal día como hoy hace ya nueve años, pero supongo que no sois conscientes de lo que supuso para la mayor parte de la ciudadanía de este país.
Desgraciadamente yo lo viví de una manera muy cercana ya que en esa época iba a trabajar en Cercanías y había pasado por la estación de Atocha unos minutos antes de que estallara el fatídico tren. Nunca olvidaré ese día ni los que siguieron. Fue una conmoción enorme para todo el país, nunca se había vivido nada así, nunca nos habíamos visto tan vulnerables. Fueron asesinadas 191 personas.
Un acto terrorista siempre debe provocar el más absoluto rechazo de toda la sociedad, en España desgraciadamente las cosas no fueron así, y desde el principio el atentado fue utilizado con fines partidistas. En el noveno aniversario del atentado, la división entre las asociaciones de víctimas es más grande que nunca, hoy han llevado a cabo los actos de homenaje a las víctimas por separado.
Afortunadamente, el atentado también sacó lo mejor de la gente y durante esos días y los que siguieron la mayor parte de la ciudadanía se volcó con los familiares de las víctimas y con los/as heridos/as. Además, en todas las poblaciones la gente salió a la calle para mostrar su rechazo a esta barbarie, millones de personas en la calle pidiendo el fin del terrorismo. Nunca olvidaré esa marcha en Madrid: el silencio en señal de respeto por las víctimas y la lluvia torrencial que nos empapaba a todos, pero que a nadie parecía importarle. Al día siguiente los periódicos decían que esa lluvia se debía a que la ciudad de Madrid estaba llorando por su víctimas.
Debemos pensar que la violencia nunca conduce a nada bueno, ya que la violencia solo engendra más violencia. Tenemos que acabar con las guerras que solo provocan la pérdida de vidas humanas inocentes, mientras que los que ordenan estas guerras obtienen grandes beneficios económicos y viven en sus lujosas mansiones alejadas de la zona del conflicto. Las guerras causan desigualdades, y estas desigualdades son el caldo de cultivo de la violencia.
La conclusión de todo esto es sencilla, tenemos que luchar por vivir en un mundo donde lo más importante sea la PAZ. Si consiguiéramos la PAZ en el mundo todo lo demás (acabar con el hambre, con las enfermedades...) sería mucho más fácil de conseguir.
Os dejo el video de una canción de La Oreja de Van Gogh que hace referencia a este suceso. No es que sea muy fan de LODG pero el vídeo está muy bien realizado, y creo que es un bonito homenaje para la memoria de esas 191 personas a las que se les arrebató su vida un fatídico 11 de marzo de 2004. VA POR ELLAS.





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